MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
La piloto española Laia Sanz (Gas Gas) ha realizado un balance “muy positivo” de su participación en el reciente Rally Dakar, ya que llegaba “muy chafada” por su maltrecho estado físico y con “muchas dudas de poder acabar”, pero logró confirmar su 11/11 en una carrera que “pilló desprevenidos a muchos pilotos” por la importancia de la navegación,
“Hice un resultado muy positivo, sobre todo por cómo llegaba. Tenía muchas dudas de poder acabar y seguramente no he podido ir al ritmo de otros años ni estar peleando con los pilotos que lo hacía normalmente, pero después de todo puedo estar contenta. He pasado un año muy duro, primero por no saber la causa por la qué me encontraba tan mal. Tardaron bastante en diagnosticar lo que tenía (enfermedad de Lyme) y fue muy duro, con mucha incertidumbre y preocupación. A eso se añade un tratamiento largo que siguió durante el Dakar. Llegué muy chafada y poder acabar un Dakar en estas condiciones estuvo muy bien”, resumió Sanz en una entrevista concedida a Europa Press.
La piloto de Gas Gas desembarcó en la prueba tras “varios meses tomando antibióticos” y debió seguir su tratamiento en Arabia Saudí. “No llegaba de la mejor manera y físicamente se me hacían muy duro, sobre todo los días largos. No sé cuánto durará el tratamiento, hasta que se eliminé el maldito bicho. Es una bacteria que cuesta bastante de eliminar, cuyos síntomas duran bastante y que también dejan una resaca importante incluso cuando lo eliminas. No es una enfermedad muy estudiada y hay que tener paciencia. El coronavirus ya ni me quiere, se asusta si me acerco”, bromeó, satisfecha tras uno de los años donde puede “estar más contenta”.
“La organización controló perfectamente el coronavirus con cuarentenas y test. Si está bien controlado, creo que se pueden organizar muchas cosas”, celebró tras finalizar la segunda edición del Dakar en Arabi Saudí, donde se ha reafirmado que “las etapas son más rápidas y peligrosas”.
“A MUCHOS NOS PILLÓ DESPREVENIDOS LA NAVEGACIÓN Y YO PONDRÍA AÚN MÁS”
“Es un estilo más diferente, pero seguramente es menos duro físicamente. En Sudamérica teníamos la altura, que te machaca, calor y frío. El estilo actual del Dakar no es el que mejor se adapta a mí. Antes era más técnico, con más variedad de terreno, era diferente. A muchos nos pilló desprevenidos la navegación. Últimamente estábamos malacostumbrados a que no había casi en el Dakar y este año han puesto dos o tres etapas difíciles y todos hemos fallado más de lo normal por eso”, dijo, en referencia a las críticas a la organización de pilotos como Carlos Sainz.
En este sentido, y pese a que “en motos es ir a puño” con el acelerador al máximo, este año ha habido “más navegación” y a la de Corbera de Llobregat le han “gustado los cambios respecto al año pasado” en el recorrido.
“Yo pondría todavía más navegación. Un Dakar no tiene que ser solo dar gas, para eso hay otras competiciones, sino que la navegación tiene que ser una parte muy importante de la carrera. Este año fallé más de lo normal ahí porque cuando no tienes el cuerpo como debería la cabeza tampoco funciona igual, pero me gusta más así”, analizó.
Desde el último triunfo de Marc Coma en 2015, el motociclismo español no reina en el Dakar y Sanz avisó de que ahora mismo “es difícil que se vuelva a ver un ganador español porque ahora mismo hay un nivel de locura”. “Para los españoles, como Santolino o Betriu, sería mejor el antiguo Dakar de Sudamérica porque vienen del enduro, pero con el estilo actual hay estadounidenses y australianos que están más acostumbrados a este tipo de carreras y es complicado. Antes había dos que podían ganar el Dakar, ahora hay diez y además veinte que pueden ganar etapas. Es una pasada”, reflexionó.
“NO TENGO NADA CLARO MI FUTURO”
Respecto a la acogida de Arabia Saudí a las mujeres, aseguró que “todas las chicas” involucradas en la prueba han “visto un poco de cambio respecto al año pasado”. “Hemos visto muchas más chicas destapadas, muchas conduciendo y la gente está más abierta a la carrera porque la conocen más. Incluso había público en algunas etapas, algo que el año pasado era imposible. Organizar competiciones deportivas puede ayudar a que la gente se abra allí y yo me alegro de eso”, celebró.
Dos semanas después de finalizar su undécimo Dakar, la catalana ya está “más recuperada” tras superar “un bajón ‘heavy’ durante los primeros días”. “Ha sido bastante peor que otros años, seguramente no ha ayudado la infección. Mi cuerpo lo notó, pero ya estoy mejor y voy volviendo a la actividad ‘despacito’. Dentro de unas semanas me plantearé el futuro. Ahora mismo no tengo nada claro”, indicó respecto a su futuro profesional.
En el horizonte, el posible cambio de moto por coche algún día. “Si fuese un coche de primer nivel me costaría mucho decir que no, sinceramente. Sobre todo si pienso en alguna etapa que hemos disputado llena de piedras, ahí se tiene que ir mucho mejor en un coche. No cuenta tanto la edad, depende más del momento que te encuentres de experiencia y motivación”, finalizó.
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