El alcohol es la sustancia que más consumen los cántabros, seguida del tabaco y los hipnosedantes, según el informe anual de adiciones
SANTANDER, 15 (EUROPA PRESS)
El cannabis no solo es la sustancia ilegal más consumida en Cantabria, por delante de la cocaína, sino que es la única dependencia que aumenta la demanda de inicio tratamiento de personas que acuden por primera a los centros, fundamentalmente entre la población más joven, con una media de edad de 27,5 años.
Esta es una de las principales conclusiones que extrae la Consejería de Sanidad del análisis de los indicadores que conforman el Sistema de Información de Adicciones del año pasado, cotejados con los datos de la encuesta nacional, y de los que informa este miércoles en un comunicado.
Para elaborar el informe se contrastan los datos de admisión a tratamiento por consumo de sustancias, las atenciones en urgencias y la mortalidad por reacción adversa tras el consumo.
Así, si bien la cocaína es la sustancia que más inicios de tratamientos nuevos generó en 2020, seguida por el alcohol y el cannabis, esta última va en aumento en los episodios que acuden a urgencias.
De hecho, el 35,7% de las urgencias por sustancia, si se excluyen las de consumo exclusivo de alcohol, presentan consumo de cannabis. Además, en urgencias, la única sustancia ilegal que supera ligeramente al cannabis es la cocaína, ambas en aumento.
Tal es así que, a pesar de la pandemia, en 2020 se constata un aumento de episodios que requieren atención en urgencias, hasta el punto de que el informe refleja que un 43% de los notificados al inicio del confinamiento estricto estaban relacionados con el cannabis, la sustancia que aparece en mayor proporción, por delante de la cocaína, con un 36%, casualmente, las drogas ilegales más consumidas en Cantabria según la encuesta nacional.
LA OMNIPRESENCIA DEL ALCOHOL
Según todos los indicadores, el alcohol es la sustancia que más consume la población cántabra y sigue en aumento.
Está presente en el 60% de las urgencias relacionada con consumo de sustancias y, además, el 36% de esos pacientes han tomado otras, circunstancia que se incrementa paulatinamente.
De las urgencias por alcohol un 47% son intoxicaciones etílicas, 33% traumatismos y un 15,5% presentan trastornos digestivos. Del total, un 10,5% precisan ingreso hospitalario.
Además de ser la sustancia que más se consume y que más urgencias produce, el alcohol es también la segunda sustancia que más inicios de tratamiento induce, solo superada por la cocaína.
Y actúa como coadyuvante en el consumo de otras sustancias, puesto que el consumo de alcohol también aparece en el 57% de los casos admitidos a tratamiento de deshabituación por cocaína o cannabis como droga principal.
REPUNTE EN EL CONSUMO DE BENZODIACEPINAS DURANTE EL CONFINAMIENTO
Respecto a los hipnosedantes, Sanidad indica que el abuso o dependencia de benzodiacepinas tiene muy poco peso en los inicios de tratamiento, pero sí en los episodios de urgencias, ya que están presentes en más del 40% de los mismos, sobre todo entre las mujeres.
Eso sí, a diferencia del cannabis y la cocaína, este porcentaje es menor que en años anteriores.
Aun así, el informe anual confirma un incremento de urgencias por consumo de benzodiacepinas durante el primer estado de alarma y el confinamiento.
Como dato relevante, un 20% de las urgencias previas al fin del estado de alarma, en junio de 2020, son por consumo de estas sustancias.
Por último, la heroína ha tenido en 2020 menos peso en el inicio de tratamiento y en las urgencias.
Sin embargo, el informe señala el peso de los opioides, no solo de la heroína, en la mortalidad por reacción aguda a sustancia psicoactiva.
LOS EFECTOS DEL COVID
El efecto de la pandemia se ha dejado sentir en 2020, sobre todo, en el inicio del tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas.
Sin embargo, la mortalidad producida por reacción aguda no se ha visto afectada.
Así, el volumen de episodios de urgencias ha aumentado un 15% respecto a 2019, sobre todo, durante el confinamiento.
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