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Laia Sanz: “He ido al Dakar con esa ilusión que me había faltado quizá en los dos últimos años”

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“Yo era un ‘bicho raro’ y creo que he ayudado en el papel de la mujer en el motor, me siento más orgullosa de eso que de mis títulos”

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

La piloto española Laia Sanz ha vivido un primer Rally Dakar al volante de un coche “muy positivo” y que ha refrendado esa necesidad de hacer “algo nuevo” porque ya no tenía “nada que demostrar ni ninguna presión” en moto, lo que le ha permitido ir al ‘raid’ también “con esa ilusión” que no había logrado tener en sus dos últimos años y que desea mantener para el 2023 con un Mini de mayor potencial porque sabe que pueden “luchar por estar más delante”.

“Ha sido un Dakar muy positivo porque íbamos con el objetivo de acabar, que siempre es complicado aunque los haya acabado todos y parezca fácil, y a aprender, y creo que lo hemos hecho tanto mi copiloto (Maurizio Gerini) como yo”, comentó Sanz en una entrevista a Europa Press tras volver del rally donde terminó vigesimotercera en su estreno sobre las cuatro ruedas.

Para la catalana, de esta “superexperiencia”, prefiere “mirar todas las partes positivas”. “Vimos que podemos estar mucho más adelante, pero el resultado es muy bueno y no lo esperábamos. También hubo problemas que supimos solucionar y ya estamos con ganas para el próximo”, indicó.

La piloto confiesa que ya no había vivido igual sus últimos años en el ‘raid’ en moto y que esta apuesta por los coches era “un poco como volver al principio”. “Iba con esa ilusión que me había faltado quizá en los dos últimos años. Además, al ser los dos ‘rookies’ y una cosa nueva que me ilusionaba, íbamos con muchas ganas”, subrayó.

“Hubiese sido muy cómodo ir en moto. Tenía contrato con GasGas, pero ya no tenía mucho más que demostrar y ninguna presión. Necesitaba algo nuevo y me he complicado algo la vida porque no es tan fácil tener oportunidades en coche y hacer kilómetros. Si durante el pasado no hubiese salido de mi zona de confort, no estaría aquí. Siempre hay que intentar hacer cosas nuevas, soñar, trabajar y a ver qué sale”, añadió.

La española confirmó su cambio a las cuatro ruedas con Mini en noviembre, a menos de dos meses del Dakar, y reconoce que le hubiera gustado llegar al rally “con cinco carreras, haciendo todo el Mundial y con más kilómetros con el copiloto”, pero recuerda que “el mundo de los coches es complicado porque los presupuestos que se mueven es una locura”. “Pude hacer el Rally Hail y dentro de lo que teníamos usamos muy bien las herramientas”, remarcó.

ESPERA QUE EL MINI “‘ENGORDE’ UN POCO” PARA EL 2023

“Estoy muy contenta de que Mini me haya apoyado y desde el primer minuto tuvo ganas de ayudarme. Creo que el coche era el mejor que podía escoger en mi primer año, estaba probado y ha ganado Dakares. Quería ir con un coche de garantías, que no diese problemas”, agregó Sanz.

La española sabe que con el vehículo que llevaba no podía “competir directamente” con los novedosos T1+ y por ello desea que para el futuro “el Mini ‘engorde’ un poco con una rueda más grande” para compensar el “hándicap” que tenían de pinchar “mucho” y de tener “menos recorrido en la suspensión” por lo que no pudieron “correr tanto”. “Estaría bien que hiciese un T1+ y poder continuar con ellos porque me gustaría en 2023 luchar por estar más delante, que sé que podemos”, reiteró.

Sobre la elección como copiloto de Maurizio Gerini, piloto de motos como ella y también sin experiencia en coches, recalcó que el italiano le dijo que sí “sin preguntar mucho” cuando se lo propuso y que si hubiera apostado por alguien “más experto” seguramente habría “ido más tranquila y relajada”, pero que prefería llevar a alguien que sobre todo navegase “muy bien”.

“No tenía experiencia en coches, pero sí en el Dakar porque había hecho cuatro o cinco. Aparte, los que vamos en moto siempre tenemos que espabilar porque vas solo y normalmente navegamos bien. Además, es un tío muy apañado y era vital encontrar alguien con el que tuviese buen ‘feeling’. Él ha aprendido muy rápido, si vuelvo espero volver con él”, aseveró.

En este sentido, remarcó que “si no hay buena sintonía” con tu compañero de habitáculo “se te hace muy larga la carrera”. “Yo vengo de las motos, se lo difícil que es navegar y le podía ayudar a no ponerse más nervioso”, puntualizó la catalana.

A modo de repaso, no lo pasaron bien en el octava etapa porque la arena estaba “superblanda” y no lograban subir las dunas, algo que es “mucho más estresante que en moto”. De todos modos, es en esas zonas donde “más” han “disfrutado” y donde “mejor” iban y recuperaban tiempo a sus rivales.

“El peor momento fue cuando rompimos un brazo y era la herramienta que faltaba en la caja. Lo podíamos haber solventado en 15 minutos y fue una hora. También tuvimos un par de pinchazos un día en el que íbamos bien y que pasamos de hacer el 16 o el 17, a más allá del 20”, rememoró.

También celebró que la organización cambiase la normativa sobre el orden de salida, una situación que les perjudicó “muchísimo en la primera semana” y les impidió “haber estado en el ‘Top 20′”. “No es sólo el polvo que te encuentras y tener que adelantar, es que la pista está rotísima, castigas más el coche, vas sufriendo y no disfrutas, mientras que los 30 primeros la tienen genial. La segunda semana fue más divertida y relajada”, manifestó.

ORGULLOSA DE HABER ABIERTO “EL CAMINO” A NIÑAS Y JÓVENES

Y una vez acabado el ‘raid’, la española se centrará en la Extreme E, aunque “seguramente” siga vinculada a GasGas porque no quiere cortar “de todo” con algo que le gusta como son la motos. “Vamos a ver el calendario, alguna cosa haré porque no me sé quedar quieta, pero la prioridad es el Extreme E y cada vez más los coches para ir haciendo más kilómetros”, puntualizó.

Laia Sanz también habló de su papel como mujer en el mundo de los rallys y del motor. “Llevo muchos años en el Dakar y he hecho especialidades muy distintas, siendo capaz de ser competitivas en todas y eso tiene valor. El haber ganado Mundiales de Trial y Enduro, que son superdistintos, y hacer un ‘Top 10’ en el Dakar es algo que seguramente valoro más ahora que me voy haciendo mayor”, admitió.

“Por suerte, la puesta en marcha del Extreme E está ayudando a que haya oportunidades para las mujeres y por ejemplo al Dakar ha venido Molly Taylor. Cuando empecé en el mundo del motor yo era un ‘bicho raro’ y ahora están Sandra (Gómez), Sara (García), Cristina (Gutiérrez), que es muy competitiva con el T3. Somos cada vez más chicas y se agradece, está muy bien no ser la única y que demos ‘guerra'”, expresó la piloto española.

Sanz opina que ahora hay “más ayudas” y está “más normalizado” ver una mujer pilotando. “Creo que en ese sentido he ayudado y es algo de lo que me siento más orgullosa que de los campeonatos del mundo. Veo el trial lleno de niñas y chicas jóvenes que lo hacen bien y lo tienen más fácil que yo, que abrí un poco camino y eso me hace sentir muy orgullosa”, se congratuló.

Finalmente, se refirió a su positivo por coronavirus nada más llegar del Dakar. “Llevaba dos años en los que me he movido mucho por trabajo y lo que era raro era que no lo hubiese pillado antes. Pasé las Navidades con mucho estrés, sin ver a la familia y en las carreras de final de año estaba obsesionada con no cogerlo porque si no, no hubiera podido correr. Y mejor haberlo cogido en casa porque Arabia Saudí no era el sitio más ideal para hacer cuarentena. Una semana seguida en casa hacía mucho que no la tenía”, concluyó.


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