Descienden las urgencias por cocaína, pero aumenta la demanda por adicción
SANTANDER, 17 (EUROPA PRESS)
Sanidad ha observado un aumento constante de la atención sanitaria -tanto en urgencias como en la demanda de intervención terapéutica por adicción- por consumo de cannabis, que es la sustancia ilegal más consumida en Cantabria y la que más problemas provoca en la población joven.
Además, es la sustancia adictiva con un inicio de consumo más temprano, a los 16,7 años de media entre los que inician tratamiento, y es, en su mayoría, población joven la que acude a los centros de atención. De hecho, el 62% de los que solicitan ayuda nunca han recibido tratamiento anterior por ninguna sustancia.
Esta es una de las principales conclusiones que extrae la Consejería de Sanidad del análisis de los indicadores que conforman el Sistema de Información de Adicciones del año pasado, cotejados con los datos de la encuesta nacional. Para elaborar el informe se contrastan los datos de admisión a tratamiento por consumo de sustancias u otras conductas adictivas, las atenciones en urgencias y la mortalidad por reacción adversa tras el consumo.
Según refiere el informe, el año 2021 es el de la vuelta a la normalidad tanto en lo que respecta a la solicitud de admisión para el tratamiento por consumo de sustancias u otras adicciones comportamentales como en la atención de urgencias por problemas derivados del abuso de sustancias.
LA OMNIPRESENCIA DEL ALCOHOL
Según todos los indicadores, el alcohol es la sustancia que más consume la población cántabra y que con mayor frecuencia aparece asociada al consumo de otras sustancias. Así, los datos evidencian un consumo de alcohol en contextos de ocio y, con frecuencia, acompañado de otras sustancias.
El alcohol es, además, la sustancia que más alteraciones provoca en la atención en urgencias, tanto por abuso, fundamentalmente intoxicaciones, como por dependencia al mismo, superando incluso a las benzodiacepinas. En las urgencias por alcohol son frecuentes las intoxicaciones etílicas, los traumatismos y los trastornos digestivos.
Además de ser la sustancia que más se consume y que más urgencias produce, el alcohol es una de las sustancias que más inicios de tratamiento induce, solo superada por la cocaína. Además, actúa como coadyuvante en el consumo de otras sustancias.
Respecto a los hipnosedantes, el abuso o dependencia de benzodiacepinas tiene muy poco peso en los inicios de tratamiento, pero sí en los episodios de urgencias, ya que continúa el aumento provocado por el consumo no médico de estas sustancias, en su mayoría por mujeres jóvenes, con una edad media de 38,6 años. De hecho, concluye el informe, en las urgencias son las sustancias legales, sobre todo alcohol y benzodiacepinas, las que mayor demanda de atención precisan.
En 2021 han descendido los intentos autolíticos con benzodiacepinas y los tratamientos por adicción a las mismas son casi inexistentes.
aumenta la demanda por ADICCIÓN A LA COCAÍNA
En cuanto a la cocaína, es la cuarta sustancia que con más frecuencia deriva en urgencia, por detrás de las benzodiacepinas, el cannabis y el alcohol. Sin embargo, su atención en urgencias ha descendido, junto con los opioides y las anfetaminas.
Aun así, es la sustancia que más inicios de tratamientos nuevos generó en 2021, tanto entre los que piden ayuda por primera vez como en aquellos que ya han recibido tratamiento previo por adicción.
Entre los admitidos a tratamiento, la mayoría son varones y un 15% mujeres, ya que es, tras los opioides, la sustancia con menos féminas adictas. Por otro lado, el 51% de los varones admitidos a tratamiento es por cocaína, y más de la mitad de los admitidos están trabajando y viven en familia.
Asimismo, el informe destaca que los opioides, sobre todo la heroína, pierden peso en la atención a las adicciones, salvo en el caso de muerte por reacción aguda a sustancia psicoactiva, donde continúan presentes.
ADICCIÓN A LOS VIDEOJUEGOS
En el área de adicciones sin sustancia, el 71% de las personas que inician tratamiento es por juego de apuestas, sobre todo online o mixto (presencial y online), en su mayoría hombres, ya que solo un 20% son mujeres. Según se desprende de los datos de 2021, la media de edad de inicio del juego es de 26,7 años y, por lo general, se tardan 10 años en pedir ayuda. Además, un 8% de los que inician tratamiento son estudiantes.
En relación al trastorno por videojuegos, incluido por la OMS el pasado mes de febrero en su clasificación de enfermedades, las personas que iniciaron tratamiento en 2021 en Cantabria presentan, sobre todo, problemas de salud o autocuidado y/o problemas familiares. Un 15% manifiestan también dificultades con amigos y con los estudios.
La media de inicio en los videojuegos en los menores que presentan algún trastorno es de 12 años, si bien se tarda unos cinco años en solicitar ayuda. El problema de los videojuegos, cuyo uso inadecuado genera patologías, afecta a una población muy joven y escolarizada, por lo que Sanidad advierte que es fundamental la prevención de la dependencia desde el mismo momento el que se observa la menor manifestación de uso inadecuado.
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