Bardem afirma que cuando la “escritura es tan fina, tan honda y tan bien creada” como en este guión, interpretarlo es “un regalo para el actor”
SAN SEBASTIÁN, 21 (EUROPA PRESS)
El director Fernando León de Aranoa, que compite en el 69 Festival de San Sebastián con ‘El buen patrón’, ha afirmado que el humor con el que aborda en este filme la precariedad laboral y cómo las relaciones laborales se mezclan con las personales es “la mejor manera de acercarse a casi cualquier cosa”, ya que tiene algo de “catárquico, parece una forma de vencerlas”.
En rueda de prensa en el Zinemaldia, León de Aranoa, acompañado del protagonista del filme, Javier Bardem, y de gran parte del reparto (formado por, entre otros, Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar de la Fuente) y del productor Jaume Roures, ha defendido que “el humor es la mejor manera de acercarse a casi cualquier cosa, entender las cosas y explicarlas”.
Por ello, “siempre” ha intentado que esté en sus películas, pero en esta historia, en concreto, sentía que había que no “frenar” ese humor y que estuviera “más afuera”. “Sentía que era la mejor manera de contar esta historia, con sus ángulos, el paisaje del empleo tan deteriorado y jodido y la medida en que las relaciones laborales se mezclan con las personales”, ha explicado, para añadir que “tiene algo catártico reírse de las cosas, parece una forma de vencerlas”.
Preguntado sobre el “tópico” que aparece en unas de las escenas sobre la crítica a la falta de subvenciones al cine, el cineasta ha explicado que lo añadió en el montaje, no aparecía en el guión, y ha sido “un pequeño ajuste de cuentas personal e íntimo”. “Llevamos mucho escuchando ese tópico”, en alusión a la queja que hace el personaje protagonista, el empresario, el patrón, Julio Blanco, interpretado por Bardem, de que el cine y la cultura aglutinan todas las ayudas públicas que echan en falta las empresas.
“Por mucho que se explique en serio es igual, no se consigue aclarar, por eso pensé que riéndonos un poco quizás somos capaces de explicarlo mejor”, ha apuntado, para incidir, una vez más, en que el humor permite “exorcizar o vencer las cosas de alguna manera”.
León de Aranoa, cuestionado por los periodistas sobre de dónde toma la inspiración para el personaje de Blanco, ha señalado que “siempre hay historias que te pasan cerca que tienen que ver con una manera de manejarse, con entrar en la vida de los trabajadores para que haya ese equilibrio trucado, entrar cada vez un poco más en la vida de ellos”. “Me parece que regalaba mucho humor y permitía hablar de esa relación entre lo personal, lo laboral y lo precario de los trabajadores en esa empresa”, ha señalado.
Por otro lado, ha afirmado que con este filme no pretendía “tocar los imposibles” como la subida del Salario Mínimo Interprofesional, ni elaborar “un tratado sobre el empleo”. “Lo que manda es la ficción, los personajes”, ha señalado.
Así ha apuntado que ha intentado “que haya emoción y te metas en la historia, no tanto dejar un tratado sobre el empleo”, pero sí que le “interesaba” contar “no solo las relaciones verticales entre patrón y trabajadores, sino también entre los trabajadores, donde no prima el apoyo, ni la clase, hay mucho individualismo y competencia”, a diferencia de lo que ocurre en otra de sus películas ‘Los lunes al sol’, presentada en el festival de San Sebastián hace 19 años, donde “había un sentido de pertenencia a una clase, que dominaba a los protagonistas”. “En este caso 20 años después y en otro ámbito no hay ese apoyo, ni sentido de pertenencia a algo más grande como es la clase trabajadora”, ha incidido.
Sobre el resto de personajes de la película, León de Aranoa ha señalado que “no ha pretendido hacer una película estereotipada entre bien y el mal”.
“UN REGALO PARA EL ACTOR”
Por su parte, Bardem ha señalado que cuando la “escritura es tan fina, tan honda y tan bien creada” como en este guión, interpretarlo es “un regalo para el actor”. “Había poco que añadir, tener el ojo abierto y reconocer comportamientos de tipos públicos privados, algunos no tienen nada que ver con la empresa”, ha dicho de su personaje, que ha supuesto para él “un juego” interpretar.
Sobre la personalidad de Julio Blanco, ha señalado que, “algo” de él también tiene. “No he matado a nadie pero cuando haces ‘No es país para viejo’ tienes que sacar una parte tuya que sería capaz de matar”, ha señalado.
Bardem ha explicado su preparación del personaje desde el trabajo de “recuerdos, emociones y posibilidades de ser otra persona”. “Todos tenemos esa capacidad de niños, luego lo vamos soterrando, matando”, ha apuntado, para añadir que el actor “tiene que empatizar con el personaje”, ya que juzgarlo “no ayuda a la interpretación”. “Buscas sus razones y las encuentras, esa es la parte didáctica y divertida de la interpretación y eso hace que se abran un poco más las miras de cada uno, a veces, este personaje me parecía admirable y otras difícil de defender”, ha apuntado.
Además, ha bromeado que todo sale de “la mente enferma” de León de Aranoa, él solamente ha “ejecutado lo que estaba escrito”. El actor ha confesado que se lo ha pasado “muy bien” haciendo este papel.
“La capacidad de obtener y buscar el poder es divertido interpretarlo, vivirlo tiene que ser terrible sobre todo si eres inconsciente de lo que estás ejerciendo sobre los demás”, ha añadido.
Finalmente, preguntado por los periodistas sobre el éxito, ha opinado que sería necesario “revisar” esa palabra, porque “hay muchas ocasiones para hacer un abuso de poder, sea cual sea el trabajo que hagas, pero no sé si eso es éxito o lo es estar bien con uno mismo y ser éticamente sano con uno mismo”. “Me gusta creer que la gente es buena y la gran mayoría se porta bien”, ha finalizado.
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